- Antonio Carlos Jobim (Río de Janeiro 1927- Nueva York 1994) es el padre de la bossa nova junto a Joáo Gilberto y Vinicius de Moraes.
- Nos hizo uno de los más hermosos regalos musicales de la vida: una bossa nova maravillosa titulada Aguas de Marzo.
- Nuestra compañera Mariana Campos comienza esta primaveral semana con un artículo sobre la historia de esta espléndida canción.
Antonio Carlos Jobim, Río de Janeiro 1927- Nueva York 1994, padre de la bossa nova junto a Joáo Gilberto y Vinicius de Moraes; fue quien nos hizo uno de los más hermosos regalos musicales de la vida, una bossa nova maravillosa, Aguas de Marzo.
Esta canción comenzó a escucharse durante los años 70, y la melodía y su letra recuerdan el movimiento de la vida a través de la naturaleza. Esa lluvia de marzo nos dice que se acaba el verano y que se aproxima el frío, pero eso sí, esto ocurre en Brasil donde comienza el otoño en el hemisferio norte.
Es un fluir constante, es la sensación de la fuerza del agua que arrastra, que limpia el camino. Una época donde el calor comienza a perder fuerza ante las implacables lluvias, que finalmente llenaran del verde luminoso y exótico característico, a esta región del mundo.
Es un fluir constante, es la sensación de la fuerza del agua que arrastra, que limpia el camino.

Antonio Carlos Jobim
La lluvia crea corrientes que se llevan objetos, así como lo dice la canción, maderas, piedras, barro, es el fin del camino. Pero no es solo esto; es la narración que describe una época, un estado de ánimo, un momento de la propia naturaleza.
Cuentan que esta canción también es la descripción de aquel terreno donde el cantante construiría la casa de sus sueños, en medio del campo a las afueras de Río de Janeiro durante las lluvias de marzo de 1972.
La interpretación más emotiva de esta canción fue durante el dúo que hizo Jobim con la cantante brasileña Elis Regina, en 1974. Durante este encuentro se ve como ambos no pueden dejar de sonreír, son felices, saben que no hay cabida a otro sentimiento mientras cantan, están jugando como niños traviesos.
Esa alegría es contagiosa, anima, impulsa, motiva, es imposible no sonreír mientras se les ve cantando. Esa ¨promesa de vida de mi corazón¨ es Aguas de Marzo, son proyectos, es una nueva casa, es el amor, la esperanza, la bendición, y fuerza telúrica del cambio.
Sin importar donde nos encontremos los cambios debemos asumirlos con la energía que trasmite esta canción. Ella es una hermosa metáfora que invita a cambiar, reiniciar, reinventar, salir al sol después de que ha llovido lo suficiente dentro de nosotros.
La música es el medio catalizador de esa vitalidad, y Jobim nos regala un canto para que nunca pensemos en rendirnos, que hay que amar intensamente, desear con fervor que sucedan cosas buenas, pues el camino sigue allí puesto para nosotros, porque es verdad que siempre que llovió paró.