Entrevista a Roberto Robert, autor de «La Jornada» (ediciones Alfar)

Roberto Robert llama a través de su libro, La Jornada, a todas aquellas personas que padeciendo

  • Roberto Robert llama a través de su libro, La Jornada, a todas aquellas personas que padeciendo una dolencia crónica están a punto de tirar la toalla.
  • Ediciones Alfar publica el nuevo ensayo de este empresario y escritor nacido en Barcelona.
  • Hoy charlamos con él: «La medicina tradicional es más curativa que preventiva, y la “alternativa” es más preventiva que curativa. Ambas poseen puntos fuertes y débiles».

 

En La Jornada Holística haces una encendida defensa de la medicina alternativa. Consideras que  es una solución para problemas de salud tanto crónicos como ocasionales. ¿Quieres hablarnos sobre ello?

Yo puedo hablar sobre todo de mi experiencia personal. A mí me ha funcionado. Tras el diagnóstico oficial de mi enfermedad – La Paniculitis Mesentérica –, estuve cinco años yendo de médico en médico sin resultados. Todos seguían el mismo protocolo:

  1. Interpretaban las pruebas diagnóstico que me mandaban hacer.
  2. Afirmaban que padecía una enfermedad crónica e incurable.
  3. Me prescribían medicamentos.

Solo puedo afirmar una cosa: con esa dinámica mis síntomas empeoraron y mi estado de salud general se agravó.

Me sentí frustrado e impotente. Ningún médico me dio esperanzas en mis posibilidades de curación, sino más bien todo lo contrario. A partir de ahí, hice lo que acostumbro a hacer en mi vida: no rendirme.

Fui en busca de otras alternativas.

Años más tarde di con los terapeutas que pusieron fin a mi calvario personal. Ellos, a través de la Terapia Cráneo-Sacral, la Kinesiología aplicada, la biomagnetoterapia, la fitología biológica y la Terapia Transgerenacional, lograron poner fin a mi problema.

Finalmente, ha quedado probado que mi enfermedad sí tenía cura.

En la actualidad, vivo feliz junto a mi familia sin dolores ni molestias. Las radiografías reflejan con claridad mi evolución.

Creo, humildemente, que mi propia experiencia es en sí misma una respuesta contundente a la pregunta ¿consideras que la medicina alternativa es una buena solución para los problemas de salud crónicos?

En cuanto a los síntomas ocasionales, creo firmemente que también puede resultar favorable.

La cultura médica que nos han impuesto entiende “El Síntoma” como un enemigo a vencer, cuando es justamente lo contrario. Los síntomas no dejan de ser la voz de alarma que emite el cuerpo para comunicarnos que algo en nuestro organismo no funciona como es debido. Lejos de silenciar esa voz, lo que hay que hacer es escucharla para localizar el origen del conflicto, de lo contrario el problema seguirá latente dentro de nosotros, aunque dejemos de sentir dolor gracias a los fármacos.

La medicina tradicional es más curativa que preventiva, y la “alternativa” es más preventiva que curativa. Ambas poseen puntos fuertes y débiles

¿No hay un cierto intrusismo en ese campo que puede resultar peligroso para el enfermo?

Por supuesto. Yo lo he sufrido en varias ocasiones. Pero… ¿acaso no lo hay en la medicina convencional?, ¿Y en la política? ¿Y en la judicatura? Los hay incluso en las familias… En todas partes hay corruptos y desalmados, pero no conviene generalizar.

En tu libro al doctor Enti le avala una sólida experiencia como oncólogo en la medicina tradicional. ¿Qué tipo de conocimientos suelen caracterizar a quienes ejercen la medicina alternativa?

Pues eso dependerá de la especialidad que tenga cada cual. Pero, al igual que no podemos pedirle a un odontólogo que extirpe un tumor hepático con éxito, tampoco resultaría lógico que le exigiéramos a un fisioterapeuta que nos hiciera un elaborado simposio sobre farmacología clínica. 

En mi opinión, no podemos ni debemos contrastar los conocimientos de unas corrientes con los que caracterizan a las otras. La medicina tradicional es más curativa que preventiva, y la “alternativa” es más preventiva que curativa. Ambas poseen puntos fuertes y débiles.

En tu libro se habla de raíces muy profundas que suelen ser el origen de la dolencia  ¿quieres hablarnos sobre ello?

Toda enfermedad tiene una simiente no visible en las radiografías. Puede ser de tipo energético, emocional o inclusive espiritual, por poner algunos ejemplos. Ningún artefacto de rayos X es capaz de detectar algo así. Para ello hay que recurrir a otros tratamientos. La medicina tradicional solo se centra en detectar lo que sucede en el campo físico del paciente (aparte de los psicólogos, claro, que se fijan en el estado psicológico del mismo), pero obvía los restantes. Al día de hoy está más que demostrado que el factor energético y el componente emocional suelen ser grandes precursores de enfermedades crónicas o terminales, de ahí que urja buscar fuera de la medicina convencional: hemos de bloquear el desarrollo de esas patologías antes de que se manifiesten en el plano físico.

¿Consideras que la vida que llevamos puede ser causante de dolencias graves?

Sin duda. Pero somos nosotros quienes tenemos la última palabra. Depende de cómo interpretemos las percepciones, qué tipo de pensamientos procesemos y cómo gestionemos nuestras emociones, gozaremos de un estado de salud óptimo o no. Debemos aprender a interactuar de manera inteligente con nuestro entorno, eso es todo. Una tarea harto complicada, no lo niego.

¿Pueden resultar peligrosas las terapias que se le aplican al protagonista de La Jornada, Yago?

En manos de buenos profesionales, nunca.

La cultura médica que nos han impuesto entiende “El Síntoma” como un enemigo a vencer, cuando es justamente lo contrario.

¿Quieres hablarnos de aspectos de tu libro que no hemos tratado?

Sí. Quisiera subrayar el principal mensaje del libro.

La novela no pretende apoyar a ultranza la medicina alternativa. Lo que defiende – e incluso reivindica – es que exista de una vez por todas una comunión entre ambas prácticas. Si de lo que se trata es de ofrecer una medicina útil y próspera a la sociedad, es obvio que se necesitan mutuamente. Son, de hecho, complementarias entre sí.

¿Por qué no sucede, entonces? Bueno… Supongo que, al final, todo se reduce a la mera conservación del poder, al arte de neutralizar a tus competidores para así preservar tu hegemonía. Una lástima, pero el mundo en que vivimos funciona así… Al menos, por el momento.

¿Qué opinas de internet?

Más allá de los efectos negativos de la globalización, del mal uso que se hace de las redes sociales, de la piratería cibernética, y de la cultura del Todo Vale (relativa a las noticias de actualidad), me parece una herramienta formidable, una fuente de formación e información magnífica. Ahora bien, como sucede con cualquier plataforma que se precie, insisto en que hay que aprender a hacer un buen uso de ella.

¿Qué proyectos tienes en ciernes?

A finales de abril terminaré mi próximo libro, que es también una novela. El género, una mezcla de misterio y ciencia ficción. La extensión, alrededor de 1000 páginas. Estoy convencido de que sorprenderá a más de uno.

Leer el libro ahora

Biografía del autor: Roberto Robert

Es un empresario y escritor nacido en Barcelona en 1975. Tiene a sus espaldas una larga trayectoria como directivo en empresas de outsourcing de ventas, labor que en los últimos años ha compaginado con la escritura. En sus dos décadas de experiencia profesional, ha colaborado con las compañías más reconocidas del sector y ha contribuido a su posicionamiento y crecimiento posterior.

Roberto Robert es el artífice de un sistema comercial de probado éxito y rentabilidad en el mercado, gracias al cual ha conseguido atraer a cientos de miles de clientes en los sectores de las Telecomunicaciones y la Energía de nuestro país.

Su amplio conocimiento en el mundo empresarial se hace patente en sus dos obras anteriores: la exitosa novela Leones, hienas y corderos (2014) y el libro de ensayo Vendo, luego soy (2015).

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